sábado, 3 de enero de 2009

LA CRISIS PARA LARGO

El 2008 puede caracterizarse por la coexistencia de varias crisis simultáneas, cuyos efectos se trasladarán al año que recién comienza. Los pronósticos indican que la economía mundial sufrirá una fuerte desaceleración, aunque difieren en cuanto a la duración del fenómeno. Concluyó el 2008, un año complejo, caracterizado por sucesivas crisis en el entorno internacional que tuvieron evidentes efectos sobre los países emergentes y que pueden resumirse en: a) Alimentaria, b) Hipotecaria y financiera en Estados Unidos, c) Petrolera y, d) Financiera-económica a nivel internacional. Desde inicios de año el mundo presenció la denominada crisis alimentaria que, aunque ya venía mostrando evidencias de su presencia desde 2007, se evidenció luego con importantes incrementos en los precios de los alimentos, que impactaron principalmente en países pobres e importadores en general. Se identificaron como causas centrales del incremento del precio de los alimentos: una creciente demanda por biocombustibles; incrementos sustantivos en la demanda principalmente en China e India, malas cosechas y aumento demográfico. En forma simultánea, al comenzar el año se agravaron los problemas por incumplimientos de pagos de hipotecas en los Estados Unidos, derivados principalmente de tasas de interés que, en el último trienio, regresaron a sus niveles de mercado tras una baja extraordinaria en años precedentes. A ello debe sumarse la ausencia de supervisión adecuada para los receptores de ese tipo de créditos, que en general no tenían la solvencia suficiente para soportar el repunte del costo del dinero.Ante esta circunstancia, importantes instituciones financieras registraron elevados niveles de insolvencia y tuvieron que ser rescatadas por el gobierno de EE.UU, además, del contagio inmediato que en términos financieros registraron los mercados internacionales. Este fue sin duda el indicio de una crisis financiera de mayores proporciones, que obligaría a tomar una serie de medidas para tratar de evitar un colapso de magnitud insospechada sobre el sistema financiero internacional. En ese contexto, se registró hacia el mes de julio una situación también fuera de cualquier pronóstico: el derrumbe de los precios del mercado petrolero internacional. Este el marco de referencia, ahora volvamos a la pregunta de todos, cuanto durará la actual crisis? Una Entrevista a Krugman no parece haber limpiado las interrogantes.




Krugman divaga sobre la crisis

Entrevista J. M. Álvarez / Vicente de Miguel
En una entrevista concedida a la cadena española SER, el último premio Nobel de Economía, Paul Krugman, afirmó que la crisis es “peor de lo que había pensado”, admitió que la escala de la misma constituye una gran sorpresa, y que va a ser “la peor depresión desde la última depresión”. Además consideró probable que surjan nuevos escándalos financieros, como el caso Madof, y reconoció no saber cuando llegará la recuperación.
Como mínimo habría que concluir que el Nobel no dejó de ser tan novel a la hora de prever y analizar la Crisis actual (sí, “Crisis” con mayúscula). Como máximo, atrevámonos a decir, sin ambages, que ni éste, ni los Stiglitz, ni los Samuelson son marxistas. Condición no suficiente, pero fundamental para haber anunciado (y con antelación) aquélla, así como diagnosticar su profundidad y prever su evolución y perspectivas.
Sobre la situación actual, titula Le Monde Diplomatique: “Marx contre-attaque” (Marx contraataca), lo que ocurre es que una verdad completa dicha desde Marx puede valer menos políticamente para la gente, que una décima parte de aquella, reconocida por un novel cualquiera con la condición de que éste sea, por ejemplo, un Nobel en Economía. De ahí que nos tengamos que hacer eco de lo que no tienen más remedio que reconocer estos respetables señores, por la oreja que se les presta. Pero lo que, en última instancia, debemos hacer llegar a los oídos de todo el mundo, es que la mayor o menor complicidad con la clase explotadora de estos señores (incluidos los del ala keynesiana) les impide ver- o reconocer- que no estamos ante una crisis cualquiera, sino ante una crisis sistémica como la que pronosticó Marx hace casi doscientos años.
En la entrevista, Krugman se olvidó de Carlos Marx (quien ya en el siglo XIX vaticinara la globalización) pero nosotros, no. Los escritos de Marx resultan imprescindibles para comprender el derrumbe actual del capitalismo. El tiempo es oro, dicen; por tanto es imperativo utilizarlo al máximo leyendo a Marx y no distraernos en demasía, con las manifestaciones de unos economistas burgueses que, sorprendidos por la gravedad de la situación, se limitan a decir pequeñas verdades, alentando falsas esperanzas.


fuente:http://www.execlub.net/?p=1414

1 comentario:

Sara dijo...

¿Alguien se acuerda de cómo íbamos todos subidos en una nube de euforia hace unos meses cuando aún parecía que sobraba “la pasta”?

Ahora que toca bajarse, “papá estado” sigue incentivando, con políticas que responden a los caprichos de las estadísticas, éste estúpido deseo hedonista que impulsa a la cultura del hiperconsumo y que nos ha llevado a una situación para muchos límite. ¿No será el efecto a largo plazo más negativo que el efecto positivo a corto plazo de reactivar la economía?

Mientras la naturaleza de éste espíritu humano bobo siga compadeciéndose de la ineficiencia del sistema cuando en realidad debería de estar pensado en la razón que hay detrás del motivo de la parte fracasada de su historia, cada uno de nosotros seguirá siendo una insignificante porción de masa para esta “democracia”.

http://furorpoeticusdc.wordpress.com/2009/08/08/crisis-y-pensadores-libres/